sábado, 20 de febrero de 2010

Despertares (fragmento...)

Una mañana cualquiera puede ser siempre un artificio que los dioses reclinados en su cetro encandilen para trocar el lentísimo goce del objeto. Pero la misma mañana puede ser también, y al mismo tiempo, la gota que acierte el surco que el entrecejo modifique. Esa tarde entonces no será como desgarrado racimo de un tiempo acontecido; por un lado puede ser la reclamada claridad del agua que se esconde de la jarra y, sin despedida de absorbente lenguaje, ser en la hora de la Luna la suspensión de todos los enemigos.

domingo, 7 de febrero de 2010

Sinfonía de la escalera (fragmento)

Ciudad profunda, que te toque hoy sin el fuego de tu originalidad y tu partida no es arte de la invocación de algún anillo de la sagrada fuente de tus ríos, mas sí lo es del encuentro del pez con la incógnita del océano. Insignificante es tu nombre para las analogías compuestas desde la escalera: geografía aparecida de la piedra que transita desde el juego al invisible basurero; veredas asediadas por el viento aguardan a esa, la otra región de figura embriagadora que entona melodías sobre el vidrio de sus islas. Augusta lentitud de tu subida conmemoran los ángeles que te propagan real aún cuando la filiación de tu casta se divida entre el intento y la mentira, mostrando papeles de letras perdidas que por no hablar de ti se pierden en ceniza.

Lujosa mansión

¡Lujosa mansión que has albergado a cuántos desposeídos!
Es necesario que tus puertas sean por la espuma no,
por el mar abiertas.
A un costado estás apareciendo, libre
de algún privilegio.
Montura de Alguien: los libres ya de ti
en carrozas de gozo el día dibujan, en medio de rocas
asisten ya sin velamen.
Mas arrastran del otro lado firmes aguas, a cada instante
nuevas figuras penetrar hacen y luego no están.
Desespero por ti siempre; ¿dónde hay alguien
que de mi noticias pueda darme?
Ya no eres visto; parte eres del tejido apretado.
Suceso que prescinde de mí: de ti estoy hecho;
de plata eres, de la seda más fina.

Forma de mí

Imagen que incipiente apareces la silueta,
ausencia de ti has sido descubierta.
La cadente finitud por asalto ha renunciado.
Maravillosa no, deslumbrantemente obscura se trasluce ante ella la presencia.
Sospechoso tu nombre, el que aún ciego de fuerza no inquieta las voces.
Con una caricia intenta asirte confiada mano,
mas posibilidad aún sólo una vislumbre das.
Y no quieren mirarte, no deben poder y caen
como cascada, amontonadas, explotando sobre ti
despilfarradas voces.

Lo que del tiempo es

Centelleas por un tiempo y te atas al brillo.
Modernos salones recorres y antiguas maravillas te hablan,

te invitan. Y sabes como confundirlos, confundiendo el placer.
Caminas y tocas lo que del tiempo es para saber que no estás ahí.
Entonces te elevas y todo desaparece: el brillo ha absorbido
cada viento pasajero. Brisa celeste, azul marino, blanco...
No hay actitud que te defina. Ausente rostro me recuerda
el lugar que permanente ha de ser visitado. Asistir no puede sin zapatos
apropiados. Lujosos y raídos los descubro.
Encima del ascensor debo ubicarme, sobre cúpula muy fina.
Mis zapatos no deben estropearla. No sé usarlos.
La calidad del paso se impone ante la abundancia. Laboratorio
donde observar la sangre mas fina,
azul tal eres que por mí no eres permitida.
Mañana tal vez a visitarte vuelva,
cuando todos duerman.

Bárbara

De la magia de una nube has nacido
arte he visto en las nubes dibujarte.
Persuasiva palabra siempre has ejercido, para decirme
no algo de ti, mas de nosotras el juego
secreto, aislado has hecho visible para mí.
Muchas veces danzamos de niñas y hoy mi niña busco
esa danza, desesperada.
Todo el saber de ti es antorcha
en la noche. Aliento que libera puertas...
Sólo nubes asir quiero porque espero
que por ellas me reveles.
Sé que aquí me has enviado, pero estoy desinformada.
Caracol que me envuelve, fuerte te siento y a la vez
paloma que de mis pensamientos escapa; a mi ceguera
tu claridad de terco rostro vuelve el camino.
Pasos, pasos hacia ti perdidos, y reunidos
en mi vientre latir hacen la vida.
Impecable imagen, sin pronunciar tu nombre
hacia ti voy... y no sé si es mi camino el tuyo.
Pregunta inquieta en mí vives.

Bitácora

Errante y ciego perfume de hojas he seguido
en rutas de hombres donde trafica el lirio.
No llegado a la cumbre ya inicias el desvío
de los pies desprotegidos que mayor consuelo
no reciben que de ti ser testigo.
Insecto que sueña cercano al río
otra es la fuente que lo afirma,
otra que lo busca y desde foco de marfil silla teje;
vasto hilo es su secreto, gota que ahonda sobre el río.
Tallo recto no eres mas gigante torrente te percibo;
sobre rocas alfileres nevados han caído.

Imagen

Imagen que te nutres bajo sol ausente
vuelo nocturno a veces me permite verte
Voces que te anuncian permanencia son
y resistencia infinitas.
Guarida constante gimes aún nevado pájaro,
disminuido fuego que navegar en tu espejo escuchas
lugar distante.
Rezagada atarme logro de ti
en aire sagrado me descubro correr velo tupido.
Saber impar conducir logro por el rostro
mi carro acierta ola, responde de alborada.
La fuerza no habitas pero manotearme puedes la gota
que inunda de un saber antiguo y joven mirada se despierta.
Tu armadura olvido por volver
tierno el camino y ahí aparezco sabia de impronta la mirada,
presente que olvida
y del ayer se apura mas nunca llegar sabe a tiempo
para atrapar el canto solo la urgencia ha acontecido.

Palabra

Verdes prados creados han sido por ti
donde saciar la abundancia necesaria.
Tenue risa es tu baile al despertar en el sonido
ese contorno insatisfecho de la voz.
Muros objeto permanentes
hacia el baño sagrado de ti.
Infinidad de espías con tu nombre
sosegar el péndulo no han podido del
tierra y azul marino.
Nube soy - estoy sobre ti, para ofrecerte mi brisa.
Es tuya ahora. Todo está para alcanzarme
¿no lo ves? Como va y viene siempre,
salta hacia mí, tu mano estoy teniendo.
Es mi espacio el que te acoge. Tú estas aquí, ahora.
La otra es ella:
el curso de ti, tu desenvolvimiento.
Recógelo confiada.

Nombre



Quiero hablarte
a través del hilo invisible
que por veces ató mi círculo de fuego.
Frío de ti moró por tanto tiempo que
brillas y resulta tan fácil no explicarte.
¿Por qué?
Porque el nombre es un privilegio.
En él estamos ambas. Te he visto sin prisa,
tan rodeada de gente, gente que deleita de ti.
Tanto me cuesta abandonarte
que tengo que construirte una y otra vez
cuando desapareces... y luego te olvido, te pierdo en el camino.
No importa el tiempo... debes recordar
pues la dimensión del nombre no alcanza.

Pluralidad

Ojo oculto
del profundo bosque tu mano me convida al juego,
de la decapitación puede ser;
del abandono del cada palabra ya ha sido.
Callado eres ahora; aún entre antiguos animales
que no pueden desaparecer, puedo escucharte.
Muchos lustros perdido habías mis talones y
el polvoriento templo contorneábase ausente.
Entre letra y número abundante mano anciana
tocada por tu tiempo sobre ti me precipito ahogada.
Habitas esas cuevas donde el verdadero río, el que alimenta
sabia del mar se confunde conmigo.
Todo el otro, el pacífico mar, vive de mí exorcizada el dialéctico
y espejado hastío.
Debe ser domingo para ti el día perdido, con alas lo he visto
partir dentro y a voces reírse para despertar a todo frío
tierra de nubes jamás anegada aún,
tras diluvios pretendida imagen trastocada sigues
voces equivocada ruta del poniente.

sábado, 6 de febrero de 2010

Camino

Camino

Caminas, caminas y la ruta significar
podría guarida que pedir sabe el ojo que la mire. El que pueda de ella no ser la torpe planta que la pisa, mas sí danzante lebrel que le acaricie. Triste planta que la rompe, del aire no sabe contener el peso y cae frente. Tumulto de voces pierde la postura, el rostro no concuerda con el nombre, lo ha perdido perdida. Laberinto tan obvio no percibe el grito sabor de ángeles contigo. Pasos sientes que te siguen, ser de la gota en pantanoso tiempo eres caída. No caigas tan solo, detente en la caída. La mano te espera, es la caricia verdad del ojo; detenida eres final de todo camino y buscas tu sentido para constituir qué forma, mas informar quieres; que puedas quizá junto a la fronda sentarte y esperar a quién mirarte pueda, saber ausente asir palabra no debes. Calla, calla las voces, de una vez cierra tu faz entera. Mira si tienes la fuerza en el canal por donde corres, mira oh torpe insecto tu planta y descubre la tierra que te absorbe, pensar no hagas de ti destino, solo sentir debes el peso que aprisiona la salida y el olor a fuego que la enciende en oscuro y circular encuentro. Que comprenda tu mano la fogata y que calor y luz final no precipites, que no te engañen; es tan solo tu obrar primero la ceniza.

viernes, 5 de febrero de 2010

Intelecto

Intelecto
Libre de todas las miradas
escondida partes no nacida aún.
Vives de otro tiempo la certeza y lugar regocijante.
Gota que extiende mano divina
sobre el peso se inclina y toca la capa más fina.
Desenvuelta es la esfera que sumerge hojas
caídas del dorado árbol liberado al fin de raíces
y días.
Libre ola que final arrastra los vestigios
sobrecogida la sombra nacida
húmeda de la flor es para ti el intento.
Belleza es el momento y lugar en que te encuentro
porque gota u ola alcanzar pueden mi elemento.
De luz y fingimiento impronta no transita
la marea embudo del pez no puede
no conoce el movimiento que palabra
nacida resto lo vuelve, lo agita.
Complica el anzuelo al pez que no lo habita final
terso intelecto que fronda recombinas he conocido
tu alegría mariposa que explicar pide a la piedra
fértil sabiduría mas no entiende del dedo
la mano que le petrifica.